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domingo, 16 de marzo de 2014

EL BAILE DE LUIS ALONSO



La obra

    El sainete EL BAILE DE LUIS ALONSO o “El mundo comedia es” se estrenó, en la segunda sección de las cuatro  que cada noche tenían los teatros de género chico, el 27 de febrero de 1896 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, siendo el reparto del estreno, en sus principales papeles: María Montes en María Jesús, Lucrecia Arana en Juana, Srta. González en Doña Manuela, Julián Romea en Luis Alonso y José Moncayo en Tinoco. Siguiendo a Juan Arnau sabemos que en la noche del 14 de diciembre de 1889 se estrenó en el Teatro Español, un breve sainete de Javier de Burgos con el titulo doble de EL MUNDO COMEDIA ES o EL BAILE DE LUIS ALONSO. El estreno se hizo con sencillez y sin ninguna intención de gran éxito, pues el sainete era un simple fin de fiesta después de la obra importante, un drama de Don José Echegaray titulado LO SUBLIME EN LO VULGAR. Pero la pequeña obra de Javier de Burgos destacó por la pintura de tipos populares y el acierto del lenguaje. La crítica se hizo eco del éxito, y se dijo que aquel cuadro popular estaba rebosando color, exactitud y movimiento. Antonio Vico, director de la Compañía del Español, se lucía recitando los grandielocuentes versos de Echegaray. Pero Julián Romea triunfó después, dando veracidad y comicidad especial al papel de Luis Alonso. No en vano Javier de Burgos, gaditano cien por cien, se había inspirado en un tipo real, un profesor de baile de raza gaditana que existió en Cádiz hacia 1840. Bastante tiempo después, Julián Romea había dejado la comedia por el género chico y dirigía una compañía en el Teatro de la Zarzuela. En 1896, el maestro Giménez le ofreció una obra particular: había puesto música al sainete de Javier de Burgos sin cambiar nada del libro. Sólo había pedido al comediógrafo algunos versos añadidos que vinieran bien para la música. Ya en el sainete original se tarareaban algunos temas de baile, pero de lo que se trataba ahora era de lograr un verdadero sainete lírico, con ocasiones propicias para la garbosa música de Giménez. Con el mismo doble título, EL BAILE DE LUIS ALONSO se estrenó en una función extraordinaria organizada por la Asociación de la Prensa de Madrid. El éxito fue enorme, y la interpretación cantada superó si cabe a la del estreno recitado siete años antes (Por cierto que en la página de cantables de Pepi se encuentra el sainete completo, no sólo los cantables, echarle un vistazo ¡es una joya!).
JULIAN ROMEA
    En las escenas primeras conocemos a María Jesús, que arregla el ambigú y prepara el lugar para las lecciones de baile, y al marqués, que es un viejo verde, en busca de ocasión. También a Doña Manuela, con sus hijas Moma y Quica, que van buscando novio, auxiliadas por su madre. En el primer número musical aparece Luis Alonso. Es curioso recordar la acotación de Javier de Burgos “Este personaje representa de cincuenta a cincuenta y seis años; viste de chaqueta, sombrero de copa de ala estrecha, zapatos de orillo, y habla un tanto amanerado sin caer en la afeminación”. Luis Alonso saluda muy fino a Doña Manuela: “Mi señora intendenta” y a los demás, que proclaman la fama del personaje como profesor de baile. No tarda Luis Alonso en demostrar sus conocimientos de todas las variedades de danza “Es el vasto repertorio de los bailes de salón…..Luego der Congo se trasplantó…Ahora coreado el schottisch verá”. Tinoco es un guitarrista, aficionado al vino, blanco o tinto, y aficionado también a María Jesús, la mujer de Luis Alonso. La corteja y hasta llega a regalarle unos zarcillos, que ha sustraído a Juana, su mujer legítima y hembra bravía. Entre Tinoco y María Jesús se desarrolla un dúo “¡Ay! Comarita de mi vía, capullo de Jericó….Compare cierre usté er pico” en el que el guitarrista declara su pasión y María Jesús trata de resistir sin armar escándalo. En el cuadro, después del famoso intermedio y de la canción de Juana “Ay malhaya la presona que se fía de un gachó”, vemos a los alumnos bailando una brillante polka “Bailar al fin podemos ya, con expansión y libertad”. Reina la alegría, hasta que llega Sánchez, el zapatero de Doña Manuela, reclamando todo lo que se le debe y no tarda mucho en aparecer Juana, “¡Ya estoy dentro! ¡La Tinoca!”, que se ha enterado del asunto de los zarcillos y del cortejo. Viene dispuesta a castigar a su marido y a dejar en evidencia a los dueños de la casa, que permiten tantas aventurillas. Tinoco logra escapar de su mujer envolviéndose en la capa del marqués, pero así recibe una paliza del novio de la cigarrera a la que persigue el viejo verde, y que le confunde con él. El escándalo es impresionante. Luis Alonso repite, como siempre, su frase “el mundo comedia es” y al enterarse del cortejo de Tinoco, afirma: “Mi honor está por encima del honor de Carlos Quinto”. Llega un sereno y la emprende a palos con todos. Así termina el sainete.

    La crítica fue más que entusiasta; “El Liberal” afirmaba que “para Romea se escribió el Luis Alonso”,  “El Imparcial” decía que “la música puesta por el compositor gaditano al sainete de su coterráneo es una verdadera delicia, por su carácter, por su gracejo y por su sobriedad” y “Blanco y Negro” destacaba el papel de Lucrecia Arana que “ha puesto toda su conciencia en la Tinoca. Y de un modesto embolado que hubiera sido en otras manos, en las de ellas ha adquirido el relieve de un primer papel”.

El compositor

El compositor Gerónimo Giménez (grafía de la que él gustaba) nació en Sevilla el 10 de octubre de 1852 y murió en Madrid el 19 de febrero de 1923. La fecha, y aun el lugar, de nacimiento no están exentos de polémica, yo cito los datos del Diccionario de la Zarzuela, contrastados según ellos con la partida de bautismo, pero en la Historia de la Zarzuela de Arnau se cita el año de 1854  y  se hace eco de que en algunos lugares figura como gaditano y nacido en 1858 y tanto en “El libro de la Zarzuela” como en la Enciclopedia Espasa figuran el 10 de octubre de 1854 como fecha de nacimiento. En su niñez se traslada su familia a Cádiz, en donde 1864 ingresa como primer violín en la orquesta del Teatro Principal y en 1866 debuta como director de orquesta. Desde 1874 hasta 1877 está en París estudiando en su Conservatorio donde se relaciona con Sarasate, Chabrier, Lalo, Saint Saens y Debussy al que venció en premio de piano. De vuelta a España, primero en Cádiz y luego en Madrid gana gran prestigio como Director de Orquesta, contribuyendo además a la difusión de la música. Fue Director de Orquesta del Teatro Apolo, del de la Zarzuela, de la Unión Musical Española y de Sociedad Madrileña de Conciertos. Como compositor estrenó ingente cantidad de zarzuelas, la mayoría de ellas, como es habitual en el género, sobre libretos de poca calidad. En ellas destaca su españolismo, pese a su formación parcialmente francesa, y su gracia (fue llamado por Vives el “músico del garbo” y por otros considerado como el antecedente de Falla, así como LA TEMPRANICA precursora de LA VIDA BREVE) y desde la primera EL VERMOUTH DE NICOMEDES (1885) destacaré, sólo por señalar las que me consta que han tenido trascendencia fonográfica, las siguientes: LOS VOLUNTARIOS (1893 y cuyo pasodoble fue exaltado por el espíritu popular a la categoría de himno nacional, como antes había ocurrido con el “Viva España” de Chueca, todo ello según Arnau), EL BAILE DE LUIS ALONSO (1896), LA BODA DE LUIS ALONSO (1897), LOS BORRACHOS (1899), LA TEMPRANICA (1900), EL BARBERO DE SEVILLA (1901, con Miguel Nieto), ENSEÑANZA LIBRE (1901), LA TORRE DEL ORO (1902), EL HÚSAR DE LA GUARDIA (1904 con Amadeo Vives), LA GATITA BLANCA (1905 también con Vives), CINEMATÓGRAFO NACIONAL (1907), EL PATINILLO (1909) y SOLEARES (1919). Desde entonces se produjo su dramático declive, no pudiendo ni siquiera conseguir, como pretendió, una cátedra en el Conservatorio de Madrid, muriendo en la más absoluta pobreza.

El libretista

Francisco Javier de Burgos Sarragoiti (el Diccionario de la Zarzuela convierte equivocadamente el segundo apellido en Larragoiti), nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) en 1842  y murió en Madrid el 12 de marzo de 1902. No confundir con el político y escritor Francisco Javier de Burgos y del Olmo, de Motril ni  con Francisco Javier de Burgos Rizzoli, sobrino de nuestro biografiado. Sainetero que iba para Ingeniero de Camino pero al que la muerte de su padre y su vocación destinaron al teatro. Sus obras se distinguen por el gracejo con que están escritas, el acertado movimiento escénico y lo bien dibujado de los personajes. En el campo de la zarzuela destacan sus obras CADIZ con música de Chueca  y Valverde, EL BAILE DE LUIS ALONSO, LA BODA DE LUIS ALONSO Y TRAFALGAR, todas estas con música de Gerónimo Giménez.

Sinopsis

    Cuenta “El Libro de la Zarzuela” que aunque estrenada con anterioridad a LA BODA DE LUIS ALONSO, la acción, situada en el Cádiz de 1840, ofrece una situación posterior en la vida del matrimonio protagonista. Por la vivienda y a la vez academia del famoso profesor de danza Luis Alonso desfilan personas de todas las clases sociales de Cádiz, para aprender el arte del baile. De vez en cuando, el maestro organiza una fiesta en su salón para sus amigos y discípulos, que incluye un banquete y una danza general. La mujer de Luis Alonso, María Jesús, ayuda en todo a su marido. Ambos cuentan con el concurso de Tinoco, guitarrista de la academia, quien ameniza las fiestas con su música. Tinoco está enamorado de María Jesús, y aunque ella no le presta atención acepta del guitarrista unos magníficos zarcillos como regalo. Cada personaje de los que acuden al baile trae consigo una aventura, un problema personal, una tragedia. Mas todo el mundo intenta disimular sus secretos y fingir lo que no es. Así por la casa de Luis Alonso desfilan un marqués viejo pero aficionado aun a las mozas, una viuda interesada en colocar a sus hijas para salvarse de las deudas, la mujer de Tinoco, Juana, que sospecha que su marido quiere engañarla y que busca sus zarcillos…los mismos que el guitarrista regaló a María Jesús. En plena fiesta ser descubren las interioridades de cada uno, incluidas las de Luis Alonso, quien se creía libre de toda culpa. Todo ello causa un gran revuelo y proporciona un fondo moral aleccionador amable y divertido.
El Teatro Principal de Cádiz, situado en la calle Novena y derribado en los años veinte del pasado siglo. escenario de grandes triunfos de Jerónimo Jiménez.
    EL BAILE DE LUIS ALONSO se inicia con un preludio en el que aparece un ritmo de polka, y después de unos acordes de interrupción, una especie de vals. “Mi señora intendenta” es la primera pieza de esta obra en la que intervienen Luis Alonso, María Jesús, Doña Manuela y sus dos hijas. Se prepara una escena de baile que nos presenta en la orquesta  los ritmos de minueto, varsoviana, schottisch, lanceros y bolero “vasto repertorio de los bailes de salón” como dice el propio protagonista. Giménez escribe pequeñas obras maestras de la elegancia y el buen gusto orquestal. Un dúo entre María Jesús y Tinoco: “Comarita de mi vía”, nos conduce después a otro intermedio para la orquesta menos conocido que el de su obra gemela LA BODA DE LUIS ALONSO, pero también bastante divulgado por las orquestas españolas. El oboe lleva en algún momento la parte protagonista de la melodía. Al fondo se oye el sonido de las castañuelas, pero la instrumentación va presentando diferentes voces: comentarios del fagot, tintineo del triángulo, frases serias del metal, trinos del flautín etc. La “Canción de la gitana”, cantada por Juana con vocalizaciones a la flamenca, sigue al intermedio, y a continuación Luis Alonso aparece para cantar una brillante polka tan inspirada como cualquiera de las de Johann Strauss II. El coro se suma a la pieza, comentando las excelencias de la academia de Luis Alonso. Un concertante en el que reside el nudo de la sencilla acción de este sainete lírico se desarrolla con todos los personajes y el coro con ideas musicales en las que se percibe todavía la influencia de Rossini. Unos brevísimos compases concluyen la obra.
   
Índice de escenas

    Zarzuela en un acto con los siguientes números musicales:

Acto único: 1: Preludio. 2: Lección de baile “Mi señora intendenta….Luego der Congo se trasplantó……Ahora coreado el schottisch verá”. 3. Dúo “Comarita de mi vía”. 4. Intermedio. 5. Canción de la gitana “Ay malhaya la presona que se fía de un gachó”. 6. Polka “Bailar al fin podemos ya con expansión”. 7. Concertante “¡Ya estoy dentro! ¡La Tinoca!

Personajes

    Los principales son:    

María Jesús: Mujer de Luis Alonso. Soprano o mezzosoprano.
Juana: Gitana, mujer de Tinoco, en busca de sus zarcillos. Soprano o mezzosoprano.
Doña Manuela: Mujer del Intendente que trata de casar a sus hijas. Soprano
Luis Alonso: Maestro de baile. Tenor.
Tinoco: Guitarrista de la academia que le tira los tejos a María Jesús. Tenor cómico.

Discografía

    Sólo me consta la siguiente versión:

Alhambra 1956 – Dirige Ataulfo Argenta y cantan Inés Rivadeneyra, Teresa Berganza, Carlos Munguía, Gerardo Monreal y Ana María Fernández.

    Del intermedio hay muchas versiones, destacando, además de la de Argenta, la de Igor Markevitch para Philips 1968.

Videograbaciones

    No he encontrado ninguna en el Catálogo de la Biblioteca Nacional, ni tampoco películas en la Base de Datos del Ministerio de Cultura.

Bibliografía

    He utilizado la siguiente:

“El mundo de la Zarzuela” de Salvador Valverde
“Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Enciclopedia Espasa”
 “Historia de la zarzuela”, volúmenes I y III, de Juan Arnau (Zacosa).     

Marbella,  5 de diciembre de 2007

Firmado:   Diego Emilio Fernández Alvarez




EL ASOMBRO DE DAMASCO


La obra

    La zarzuela EL ASOMBRO DE DAMASCO fue estrenada el 20 de septiembre de 1910 en el Teatro Apolo de Madrid, siendo los principales intérpretes de aquella noche Rosario Leonís en Zobeida, Julia Castrillo en Fahima, Francisco Meana en Nhuredin, Casimiro Ortas en Ben-Ibhen, Valeriano León en Alí-Mon y Carlos Rufart en Derviche 1º. El éxito fue tremendo, llegándose a las 100 representaciones el 3 de diciembre siguiente, traduciéndose al inglés y estrenándose en el Teatro Oxford de Londres; los cuplés de Alí-Mon, en tiempo de marcha, fueron muy interpretados por las bandas militares en los desfiles. El cronista Ruiz Albéniz “Chispero” relató así el estreno: “EL ASOMBRO DE DAMASCO fue uno de los éxitos más claros que se recuerdan en el género lírico. No hay que decir cómo estaba la sala de Apolo aquella noche. Cuando Pablo Luna empuño la batuta, un rumor de mal contenido nerviosismo y general expectación zumbó en el ámbito teatral. ¿Qué será esto?, se preguntaban los estrenistas. Porque aun cuando en el cartel y programas se calificaba de zarzuela, había transcendido al público que EL ASOMBRO DE DAMASCO de zarzuela tenía muy poco y sí mucho de otros géneros, empezando por el ballet y acabando por la opereta. Pronto empezó a transformarse la nerviosa ansiedad en atención o interés. La silueta de Casimiro Ortas, vestido a la otomana, ya provocó las risas y preparó el ambiente hilarante, que desató y acabó en ovación formidable con la presentación del grotesco Alí-Mon, al que Valeriano León daba toda la necesaria vis cómica.
ROSARIO LEONÍS
 El éxito estaba asegurado. Pero vino el dúo entre la tiple (Rosario Leonís) y el bajo (Francisco Meana), página magistral en la que cabe decir que culminó la inspiración del músico aragonés. La ovación que alcanzó este dúo habrá podido tener en dos o tres ocasiones, a lo sumo, su parigual, pero superarse no se superó jamás. El maestro Luna recibió el homenaje más efusivo del público de Apolo, que sentía por él una extraordinaria simpatía por estar habituado a verle dirigir temporada tras temporada la orquesta del teatro. No disminuyó el éxito en el segundo acto, y a los pocos días EL ASOMBRO DE DAMASCO era popular en España entera”.   
   
El compositor

    Pablo Luna y Carné nació en Alhama de Aragón el 21 de mayo de 1880 y murió en Madrid el 28 de enero de 1942. Era hijo de un teniente de la Guardia Civil. Estudió composición y armonía, pensionado por la Diputación, en la Escuela de Música de Zaragoza y cuando terminó sus estudios dirigió varias compañías de zarzuela hasta que en 1908 fue nombrado Director del Teatro de la Zarzuela de Madrid (este teatro se incendió el 8 de noviembre de 1909 y tardó cuatro años  en reconstruirse), y desde 1914 fue además empresario del mismo en donde emprendió, junto con su socio Arturo Serrano, una campaña a favor de la música española, dando entrada a compositores noveles de tanto mérito como Vives, Falla, Turina, Conrado del Campo, Guridi y especialmente Millán. Desde su primera zarzuela LA ESCALERA DE LOS DUENDES (1904), su actividad compositora fue frenética.

De sus obras detallo casi exclusivamente las que han tenido trascendencia fonográfica, MUSSETA (1908), MOLINOS DE VIENTO (1910), LOS CADETES DE LA REINA (1913), EL ASOMBRO DE DAMASCO (1916), EL NIÑO JUDIO y LOS CALABRESES (1918), BENAMOR (1923), SANGRE DE REYES en colaboración con Balaguer (1925), LA PASTORELA en colaboración con Moreno Torroba (1926), LA PICARA MOLINERA y LA CHULA DE PONTEVEDRA (1928), LAS CALATRAVAS (1941) y su obra póstuma EL PILAR DE LA VICTORIA (1944), con libreto de Manuel Machado.

    Fue quizás el compositor español que más destacó en el cultivo de la opereta española, a la que aportó originalidad de estilo, elegancia melódica, fantasía para la expresión y un cierto exotismo que hicieron decir al maestro Vives que Pablo Luna escribía “música rubia”. Al hablar de Luna como cultivador de la opereta considero de interés releer los comentarios que introduje en la Reseña de KATIUSKA y cuyas generalidades, son también aquí de utilidad.  Sobre este tema genérico hubo hace algún tiempo un esbozo de debate en el Foro Nueva Zarzuela a raíz de la pregunta de algún aficionado y no me acuerdo si fue El Pichi el que explicaba la diferencia entre opereta y zarzuela, pero el tema no fue acotado con rotundidad, yo diría que porque es tema menor que no afecta a la esencia del género y quizás se ha utilizado esa denominación para obras cuyo argumento no se ha desarrollado en el ambiente castizo o regional español, como ocurre por ejemplo MOLINOS DE VIENTO, LA GENERALA, KATIUSKA, EL ASOMBRO DE DAMASCO, etc..... En resumen podríamos decir que, aunque la opereta vienesa se asentaba en dos pilares fundamentales: la ambientación exótica y distante sobre la base de una ingenua trama amorosa y las edulcoradas melodías a ritmo de vals y ambos elementos se detectan en algunas obras de Luna según lo cual su opereta está todavía más cercana al espíritu vienés que lo estuvo luego la de Sorozabal, no es menos cierto que también se vislumbran ya en el compositor aragonés los caracteres que el Padre Sopeña advirtió en el músico vasco: alejamiento de la procacidad arrevistada dotando de una elegancia a sus partituras que impulsó  a Vives a denominarla “música rubia” y observar que, bajo el ropaje de la forma opereta, se esconde la verdadera zarzuela: el acento sobre la romanza, sobre lo emotivo.

Los libretistas
A. PASO CANO
Antonio Paso Cano, nació en Granada el 9 de septiembre de 1870 y murió en Madrid el 11 de julio de 1958. Estudió Derecho pero se dedicó al periodismo y al teatro, como autor y como director de escena. Muchas de sus obras fueron en colaboración con otros autores. En el campo de la zarzuela destacan EL BATEO y LA ALEGRIA DE LA HUERTA, de Chueca, EL ASOMBRO DE DAMASCO, EL NIÑO JUDIO y BENAMOR, de Luna y LA LEYENDA DEL BESO, de los maestros Soutullo y Vert.
JOAQUIN ABATI D.

    Joaquín Abati Díaz. Nació en Madrid el 29 de junio de 1865 y allí murió el 30 de julio de 1936, de padre italiano y madre española, cursó Derecho obteniendo sobresaliente en todas las asignaturas y varias matrículas de honor; cuenta el Espasa que al tiempo que preparaba oposiciones a Abogados del Estado escribió y publicó “Respuestas a los temas…..” de dicha oposición, dándose la paradoja que todos los que obtuvieron plaza en la misma habían estudiado su libro, pero el autor no logró plaza, decidiendo no ejercer su profesión y dedicarse a la literatura, llegando a ser de los más fecundos y graciosos autores españoles. Fue miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y tres veces Presidente de la Sociedad General de Autores de España. Escribió más de cien obras, muchas de ellas pertenecientes al género lírico y en bastantes ocasiones en colaboración, con Arniches, Martínez Sierra, Jardiel Poncela y, sobre todo, Antonio Paso. En el campo de la zarzuela triunfó con EL TREBOL de Serrano y Valverde, TIERRA POR MEDIO de Chapí y algunas más pero sobre todo con EL ASOMBRO DE DAMASCO de Luna. Hizo incluso sus pinitos como compositor con LAS VENECIANAS.
       
Sinopsis

La acción se inicia en una plaza pública en Damasco. Fahima, tiene una tienda de esencias mágicas, y está vendiendo a un grupo de mujeres; en la tienda de medicamentos, que hay a  su lado, el médico Ben-Ibhen atiende a varios enfermos y heridos. Al marcharse todos los clientes y quedar vacía la plaza llegan dos hombres, que piden hospitalidad a Fahima, y luego una mujer lujosamente ataviada que, con el rostro oculto a la usanza musulmana, se aproxima a la tienda de la vendedora. Se descubre al llegar junto a Fahima, y ésta, con alegría, descubre en ella a su amiga Zobeida, casada con Omar, un comerciante de Mosul. Zobeida, muy consternada, refiere a su amiga la enfermedad de su esposo y sobre todo la ruina a que han llegado debido a su mal negocio. Zobeida dice a la amiga, que su viaje a Damasco se debe a que un vendedor llamado Ben-Ibhen tiene una antigua deuda de mil dinares de oro con su marido, y hoy este dinero se necesita urgentemente para la enfermedad de Omar, y aunque no existe ningún documento para confirmarlo, espera que Ben-Ibhen reaccione como corresponde a su honradez y amistad con Omar. Fahima lleva a Zobeida ante Ben-Ibhen, y éste recuerda la deuda y está dispuesto a pagarla; pero curioso, pide que antes le sea mostrado el rostro de la mujer que deberá llevar el dinero. Zobeida se descubre, y Ben-Ibhen queda maravillado ante su belleza. Dice a la mujer que le entregará el dinero si consiente en acudir por la noche a su trastienda. Al desaparecer el médico, las dos mujeres, maldiciendo la suerte de Zobeida, se van a la tienda de Fahima. Entonces aparece el cadí de Damasco, Alí-Mon, con varios soldados, y lee un decreto del Gran Visir en el que se pide, vivo o muerto, la captura del terrible corsario Ka-Fur. Zobeida piensa que el cadí podrá hacer justicia, y sale a su encuentro, explicándole lo ocurrido; pero Alí-Mon, lo mismo que el médico, queda prendado de la belleza de ella, y sugiere, a cambio de la obtención del dinero, la misma exigencia que Ben-Ibhen. Nuevamente desalentada, y negándose, Zobeida se retira con su amiga, y ésta le dice que el único que puede hacerle justicia es el Visir en persona. Mientras, el cadí se ha acercado a la tienda del médico para hablar con él, y cuando va a reprocharle su conducta con la esposa de Omar, le distrae un ruido de tumultuosa gente y, ante sus propios ojos aparece, portado en un lujoso palanquín, el Gran Visir Nhuredin. La muchedumbre le rodea y aclama reverenciosa. Zobeida piensa que es aquel el mejor momento para pedir justicia, y se acerca al Visir refiriéndole su desgracia. Pero al descubrirse ante él, el Visir queda también trastornado por su belleza. Zobeida, otra vez desazonada, se aparta de él,  y entonces, uno de los hombres que pidieron la hospitalidad de Fahima, le aconseja que cite separadamente a los tres hombres, aquella misma noche, en la casa de Fahima, que se halla en las afueras de la ciudad. Así lo hace la mujer.

El acto segundo transcurre en una habitación de la casa de Fahima, donde varias esclavas se esmeran en adornar y acicalar a Zobeida. Un gran banquete aguarda a los tres citados. El primero en llegar es Ben-Ibhen. Zobeida, muy solícita, sale a su encuentro, pero nada más empezar a hablar se hace anunciar Alí-Mon. Consternado, Ben-Ibhen finge que se halla allí para reconocer a Zobeida, que sufre una repentina dolencia. Alí-Mon lo cree así, pero no finge su mal humor. Entonces aparece el tercer citado, el Visir, que se encuentra sorprendido ante la presencia de los dos hombres. Nada más empezar a pedir explicaciones, llega corriendo un esclavo para avisar que en las proximidades de la casa se halla el corsario Ka-Fur y sus hombres, cuyo único deseo es cenar  y descansar allí. Zobeida, rápidamente, ordena a los tres hombres que se disfracen de esclavos, para no ser reconocidos y capturados por el bandido. Así lo hacen, y entra Ka-Fur, muy cubierto, con sus hombres. Se inicia el banquete que Zobeida prepara para los tres citados, y una vez finalizado, Ka-Fur demuestra que, a pesar de los disfraces ha reconocido al médico, al Cadí y al Gran Visir. Ben-Ibhen, intentando salvarse, dice que no tiene inconveniente alguno en pasar a engrosar las huestes del corsario, puesto que, en realidad, es tan deshonrado en su profesión de médico como el propio corsario. Siguiendo su ejemplo, Alí-Mon confiesa que él tampoco hace justicia si no es a cambio de un favor, y finalmente el Visir revela que hace todo lo posible por extraer el dinero del pueblo, ya que el Califa no está enterado de nada de aquello. Zobeida, mientras tanto, ha reconocido en Ka-Fur a uno de los hombres que le aconsejara aquella mañana, pero la sorpresa es general cuando Ka-Fur, despojándose de su siniestra indumentaria, resulta ser el Califa en persona, cuya costumbre de ir peregrinando disfrazado por el país, a fin de conocer la verdad, le ha salvado esta vez de tres hombres indeseables. El médico, el Cadí y el Gran Visir son despojados de todos sus bienes, y éstos entregados a Zobeida.   

    En narración de “El libro de la Zarzuela” leemos que EL ASOMBRO DE DAMASCO empieza con un curioso solo de clarinete que presenta el tema con que se inicia el canto del coro en la primera escena. No puede decirse que la música sea oriental en este primer tema, pero no tarda en aparecer el “color local” que nos traslade al Damasco de opereta que fue el marco de esta obra de Luna. Un generoso uso del triángulo y de la percusión contribuye a crear este ambiente, así como las melodías serpenteantes de los distintos grupos instrumentales. Sigue ahora una página orquestal bien instrumentada y un tanto meditativa. De pronto surge, de mano de la trompeta, una página mucho más agitada y convencional, propia del mundo de la opereta, que incluye el canto del coro con el tenor cómico. Más serio resulta el número que viene a continuación, con el canto de la perfumista primero con el coro y luego en forma de canción “Yo he descubierto un perfume”, en la que el coro también interviene. Es una página bastante lograda. Ben-Ibhen, el tenor cómico, vuelve a intervenir con sus chistes sin interés, con las dos sopranos en un trío bastante variado. El clima de opereta reaparece en el gracioso número del cadí “Soy Alí-Mon, soy el cadí”, con abundantes intervenciones del metal y decorativas frases del clarinete. Más hierética resulta la presentación del visir, su dúo con la soprano adquiere un carácter sumamente atractivo cuando el visir empieza a intentar la seducción y prorrumpe en una romanza de gran belleza “Esto que pides aquí y que esperas de mi”, con un delicado acompañamiento de arpa y cuerda en pizzicato. Es una página exquisita que nos compensa de tantas otras malogradas por una comicidad trasnochada. Entra tras la romanza la soprano con un tema emparentado con el del visir que este repite nuevamente en su forma original. Cuando la soprano cae en la cuenta de la seducción el dúo continúa en un clima de agitación hasta el final, en que la orquesta toma el tema amoroso de la romanza y lo va repitiendo como fondo de las suplicas de la protagonista, que modifica levemente el tema. El acto termina con la “zambra de las almeas” que vuelve a permitir la presencia de la danza, fundamental en el género, y concluye con la presencia del coro para cerrar el telón con la orquesta recordando el tema del dúo de la seducción.
REPRESENTACION TEATRO DE LA ZARZUELA - 1916

En el segundo acto una especie de marcha, más occidental que oriental reemplaza al coro, y después de ella se inicia otro número instrumental, en el que el oboe evolucionará de modo similar al de un instrumento oriental. El protagonismo pasará después al clarinete y perderá su carácter oriental al pasar a la cuerda, convirtiéndose en exponente de un hermoso tema de ritmo pausado, sobre un fondo de oboe plañidero. Entra ahora la voz de las sopranos “Por esta noche nada de velos” mientras al fondo se arrastra misteriosamente el clarinete. Un ritmo agitado de aspecto orientaloide presenta a un coro femenino “Sultana de los amores” muy zarzuelero en su forma. Sigue presente en muchos instantes el clarinete. La página resulta, en general, ágil y graciosa. Una página de tenor cómico y soprano “Musulmana apetitosa” viene a formar un dúo cuya música es más interesante que el texto. Sigue lo que el propio tenor anuncia como “la danza de la Meca” con lo que volvemos a estar en pleno pseudos-orientalismo. Sigue otro dúo cómico “Allá van los preceptos que ordena el Corán” de tema frívolo y chistes de poca gracia. La música, amable, rescata la escena en lo que cabe.

Índice de escenas

    Zarzuela en dos actos con  los siguientes números musicales:

Acto I 1. Preludio, voz lejana “Ya el sol por el oriente su luz asoma” y escena “¡Alto! Dejad ya de gritar y atentos escuchad…..Yo he descubierto un perfume”. 2. Terceto “Danos pronto algo…..Merezco tus rencores merezco tus enojos……Bien mirado estoy quedando como un gran sinvergonzón”. 3. Cuplés de Alí-Mon “Soy Alí-Mon, soy el Cadí, lo único bueno que entre la turba de funcionarios existe aquí….Soy el ser más inflexible”. 4. Presentación de Nhuredin “Viva, viva Nhuredin”, dúo “Esto que pides aquí....Ven a mis brazos mujer” y zambra de las almeas “Que bailen las almeas….Baila odalisca hermosa….Baila, baila musulmana”.

Acto II: 5. Escena “Por esta noche nada de velo” y cantadoras de Palmira “Sultana de los amores…..Tus ojos tienen Zobeida”. 6. Dúo cómico de Ben-Ibhem y Zobeida “Musulmana apetitosa…..A la Meca te llevo mi vida montada en camello….La joroba molesta un poquito pero hay que aguantarse”. 7. Cuplés del Corán “Allá van los preceptos que ordena el Corán”. 8. Final.

Personajes

    Los principales son:

Zobeida: Esposa de Omar, de extraordinaria belleza, acosada por todos. Soprano.
Fahima: Perfumista y amiga de Zobeida. Soprano.
Ben-Íbhen: Médico algo “sinvergonzón”. Tenor cómico
Alí-Mon: Cadí con una vara justiciera muy peculiar. Barítono.
Nhuredín: Gran Visir que quiso “hacer justicia” a Zobeida. Barítono.

Discografía

    Basado sobre todo en la sección discográfica de esta página web detallo las versiones siguientes:

Zafiro 1954 – Dirige Enrique Navarro y cantan Dolores Pérez, Luis Sagi-Vela, Antonio Martelo y Santiago Ramalle.

Alhambra 1955 – Dirige Ataulfo Argenta y cantan Lina Huarte, Toñy Rosado, Manuel Ausensi, Gerardo Monreal, Arturo Díaz Martos y Carlos Munguía.

    Entre las versiones históricas, todas ellas del dúo de Zobeida y Nhuredín, cita el Diccionario de la Zarzuela, la de Rosario Leonís y Francisco Meana (intérpretes del estreno) y la de Emilio Sagi-Barba y Luisa Vela para La voz de su amo en1916 que, a juicio de Martín de Sagarmínaga, es “decididamente inferior” a la que Ofelia Nieto y un impresionante Marcos Redondo grabaron para Odeón en 1931, digitalizada hace unos años por Blue-Moon.

Videograbaciones

    No figura ninguna en el catálogo de la Biblioteca Nacional, como tampoco ninguna película en la base de datos del Ministerio de Cultura.

Bibliografía

    He utilizado la siguiente:

 “Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Historia de la zarzuela”, volúmen II, de Juan Arnau (Zacosa).     
“Enciclopedia Espasa”,
“Luna” obra de Angel Sagardía Sagardía publicado en 1978 por Espasa Calpe.

Marbella,  8 de diciembre de 2007

Firmado:   Diego Emilio Fernández Alvarez

EL AÑO PASADO POR AGUA


La obra

    La llamada “Revista general de 1888” fue estrenada en el Teatro Apolo de Madrid el 1 de marzo de 1889, con el siguiente reparto en los principales papeles, Sr. Montijano en El año 1889, Sr. Mesejo en Mariano, guardia municipal, Sr. Ogladi en Neptuno, Julio Ruiz en Julio Ruiz y otros personajes, Pilar Vidal en Lavandera y señora de Huelva, Leocadia Alba en la modista y la Menegilda, Sr. González en Manolo. El éxito popular fue extraordinario y la obra  se mantuvo en cartel (en Apolo y otros) tres años consecutivos. La crítica, sin embargo, no fue unánime aunque no dejó de reconocer los méritos de la partitura, principalmente Chispero que la elogió como deliciosa, alegre y casticísima, o Delito y Piñuela que destacó el recurso de sacar a escena a Julio Ruiz interpretando a…..Julio Ruiz. Incluso la crítica actual fluctúa, ya que, por ejemplo, en el Libro de la Zarzuela no sale bien parada esta obra, ni siquiera la mazurca y menos la habanera  ¡Yo no lo comprendo!

    Recorramos esta pequeña obra maestra de la mano de Juan Arnau quien en su obra La Zarzuela dice: ……Ricardo de la Vega y Federico Chueca, ambos impregnados de un casticismo que absorbieron en las calles de los barrios bajos matritenses y que llevaron a la escena con fidelidad tan lograda que enciende la duda de si verdaderamente las gentes eran así, como ellos las describen, o se hicieron luego a semejanza de los tipos que estos autores dieron vida en sus obras. Parece ser que fue la pertinaz lluvia que cayó sobre la capital de España en los primeros meses de 1889 lo que influyó decisivamente en el título EL AÑO PASADO POR AGUA, y por ello quizá la obra empieza, lloviendo, con la conocida canción infantil:

Que llueva, que llueva.
La Virgen de la Cueva.
Los pajaritos cantan.
Las nubes se levantan.
Que si.
Que no.
Que llueva a chaparrón.


No es la única vez que Federico Chueca utilizó canciones “del corro”, cuyo recurso aparece también en AGUA, AZUCARILLOS Y AGUARDIENTE. Lo que sí fue novedad, y muy sonada por cierto, es la ocurrencia de sacar a escena, como un personaje más de la farsa, al actor que lo representaba. Es decir, Julio Ruiz –artista mimado por el público madrileño- hacía el papel de “Julio Ruiz”, con alusión a su vida privada –dice Deleito- y aun a sus debilidades y vicios, que él ostentaba sin pizca de aprensión y hasta con orgullo; sobre todo el vicio de la bebida, generalizado entonces entre cómicos y gentes de letras, pero del que Ruiz, entre los primeros, y Dicenta, entre los segundos, hicieron un airón y un penacho. Salía Julio con chistera, que usaba a la sazón todo el mundo, y con un paraguas abierto (pues, naturalmente, llovía), persiguiendo a una modistilla, que sujetaba su larga falda para preservarla del barro; papel que interpretaba magistralmente Leocadia Alba. Ambos cantaban la celebérrima mazurca, que ha dado la vuelta al mundo:

Julio: Haga usté el favor
de oírme dos palabras.
Modistilla: Va usté a saltarme un ojo
si se acerca,
con la punta
del paraguas.
…………………….
¿No sería muchísimo mejor
cerrar un paragüitas de los dos
y así, juntitos,
y agarraditos,
marcharnos al café de San Marcial?

Este café de San Marcial, existente entonces en la Plaza de la Cebada, era un local muy acreditado por sus platos, y huelga decir que desde la publicidad que le hizo la mazurca de los paraguas lo fue mucho más. En el menú que a continuación cantaba Julio Ruiz está clarísima la mano y la guasa de Chueca, cuando dice:

Mandar que nos preparen enseguí
un solomillo y unos langostí,
y unas chuletas,
y unas croquetas….

Ya lo escribimos en otro capítulo: cuando Chueca necesitaba una palabra, la inventaba, si en el diccionario de la lengua castellana no existía; el curso de la música no se interrumpiría por ello. Y ahí están unos “langostí” que saben a casticismo del más puro. La mazurca de EL AÑO PASADO POR AGUA dio mucho juego, particularmente en el fragmento que viene a continuación, cuando la modistilla preguntaba a Julio Ruiz su nombre:

Modistilla: ¿Su nombre
Julio: Julio Ruiz
Modistilla: ¿El actriz?
Julio: ¡El actor!
Modistilla: ¡Ay, que horror!
¡qué fama tiene usté de acá y de aquí! (de jugador y de bebedor)
Julio: Ya lo sé
esas son habladurías que corren por ahí.
Modistilla: Que maldad
Pues desde hoy
si  usté ha de ser el dueño de mi amor…
Julio: ¿Qué he de hacer?
Modistilla: Jure morigerarse (alusión al juego que, digo yo, quizá él juegue a confundir con el “mujerío”)
Julio: Yo se lo juro a usté
Modistilla: Jure que ha de enmendarse (alusión a la bebida)
Julio: Eso si que no lo sé.

Al llegar a este punto, para entender todo lo que este diálogo significaba y lo que el público consentía a sus artistas mimados, volvemos al relato de Deleito, testigo presencial del estreno: “la voz vinosa de Ruiz (única que le conocí siempre) demostraba lo imposible de tal morigeración. Había realmente cinismo en el cómico, cinismo en los autores y una tolerancia en el público que solo se explica por la gracia de la letra, de la música y de los intérpretes del famoso dúo. En él metía después Ruiz toda clase de “morcillas”, sin duda para salpimentar el almuerzo”. Según el testimonio de Chispero el dúo de los paraguas lo tuvieron que repetir hasta seis veces la noche del estreno sus magistrales intérpretes Leocadia Alba y Julio Ruiz, que posiblemente no alcanzaron nunca éxito mayor dentro de sus afanes cómico-líricos..….. El ambiente acuático de EL AÑO PASADO POR AGUA, acomodó bien la idea de hacer aparecer al dios Neptuno, que sale a escena sobre las figuradas aguas en un magnífico carro tirado por dos caballos, a semejanza del que figura en la fuente del Prado. Llega a la orilla y desembarca al compás de una marcha –acuatica, dice el libreto- que toca la orquesta. Neptuno viste de frac encarnado, a la última moda. Chueca compuso para este momento uno de sus característicos valses, muy parecido al del Caballero de Gracia, de LA GRAN VIA:

De los mares rey me llaman
y sobre mi carroza
me paseo por doquier.
Y a las olas más bravías
las manejo a mi libre albedrío y placer.
De la fuente me he escapado,
pues ya me molestaba
tanto tiempo estar allí,
presenciando ciertas cosas
que, francamente, no se pueden decir.

Contesta el coro preguntándose qué sastre le habrá hecho a Neptuno el bonito traje que lleva y exponiendo sus dudas sobre si lo habrá pagado o no. Aludiendo a los sastres se nombraban los más prestigiosos de Madrid. A poco que se estudie este vals hallaremos que, nuevamente, su construcción nos recordará a Chueca. Lógicamente, por la música, pero es que su mano pecadora, aunque graciosa, es evidente en la letra de este pasaje, que sólo podía escribir él:

Grandes pescados habrá por allí,
pero mayores los hay en Madrid,
Hay tiburones que de un coletá…
casi  derrumban el Banco de Espá…
Hay ballenatos de tal magnitud,
Que se asusta de verlos Neptú.
Y hay perecí
como el coral,
que son más listos
que Ducazcal (el empresario de Apolo).

    La representación de EL AÑO PASADO POR AGUA es un seguido de escenas muy movidas, con tipos de todas las cataduras: de la actualidad de entonces, antiguos, representativos de algo, etc. Desde “el año 1890” que es el protagonista de la farsa, hasta la República, la Inquisición. El Chulo, la Lavandera, la Menegilda, los Guardias, Manolo y su señora, el Labrador y los Cursis, todos son tipos muy bien estudiados por Ricardo de la Vega y vitalizados por una personalidad castiza bien notable en los giros de su vocabulario. Por cierto, hablando de vocabulario, y volviendo a las diabluras de Chueca con el lenguaje, ¿puede ser de alguien que no sea el autor de LA GRAN VIA este verso?:

Te estuve esperando
en la sastrería.
Dispensa, Manolo,
que no lo sabía.
¿No es una vergüenza
ver a estos bailar
tan apegaditos
y tan tarantán?
Si al río vas mañana…
¿Qué hay?
La ropa sucia
tengo apartá.
Pues no puede ser mañana.
¿Por qué?
No es día de colá.

Forma parte del número del baile y de los guardias que empieza así:

Traemos los cuerpos trunzaus
¡Recataplau!
De estar en la esquina paraus
¡Recataplau!
Vaya un alcalde que Dios nos ha dau
Tan diplomático y tan estirau.

Realmente asombroso. Claro que estos monstruos (todo parece indicar que fueron pautas figuradas que, por lo que fuese, pasaron tal cual al libro) cuando se escuchan envueltos en la música de Chueca no admiten el menor análisis. Nos arrastran con su gracia de repente y los aplaudimos.
TEATRO APOLO
   
Los compositores

Federico Chueca Robles nació en Madrid (Casa de los Lujanes en la Plaza de la Villa, donde se cuenta que estuvo preso Francisco I de Francia tras su apresamiento en 1520 en la batalla de Pavía) el 5 de mayo de 1846 y murió en la misma capital el 20 de junio de 1908. Desde su niñez en el Conservatorio Chueca, con sus dotes naturales extraordinarias, no comprendía que hubiera que estudiar para ser músico, le molestaba escribir música y admiraba a quien escribía con soltura en el papel pautado como Barbieri o Bretón. Lo primero de Chueca que se llevó al pentagrama fueron unos valses titulados “El lamento de un preso” que compuso cuando lo estuvo por mor de los incidentes de “La noche de San Daniel”  (La noche del 10 de abril de1865 la policía cargó contra las manifestaciones de estudiantes dejando nueve muertos y muchos heridos. Los estudiantes se manifestaban a favor de Castelar que había sido separado de su cátedra por un artículo titulado “El Rasgo” sobre la decisión de Isabel II de vender la mayor parte de su patrimonio regalando el 75% al Tesoro y reservándose el 25%, interpretando que tras su aparente generosidad se escondía un despojo a la Nación propietaria legítima de todo el Patrimonio.), liberado corrió a ver a Barbieri quien le hizo repetir la música y los pasó al pentagrama. Barbieri fue pues su primer colaborador con el que luego estrenó la zarzuela HOY, SALE HOY, el segundo Bretón con el que estrenó BONITO PAIS, siendo el habitual, hasta 1890, Joaquín Valverde, que le escribía la música y aportaba algún elemento técnico de su cosecha. Chueca se servía de “monstruos” (en el argot teatral son unas palabras, más o menos absurdas, pero que siguen una rítmica y que sirven para componer la música) y escribía la letra de muchas partes de sus obras, obviando al libretista. En 1875 estrenó su primera obra EL SOBRINO DEL DIFUNTO, y desde entonces se suceden los éxitos de los que me limito a detallar BONITO PAIS en 1877, LA CANCION DE LA LOLA (en colaboración con Valverde) en 1880, FIESTA NACIONAL en 1882, HOY, SALE HOY y CARAMELO en 1884, LA GRAN VIA y CADIZ (ambas en colaboración con Valverde) en 1886, DE MADRID A BARCELONA en 1888, EL AÑO PASADO POR AGUA y DE MADRID A PARIS en 1889 (ambas también en colaboración con Valverde), LA CAZA DEL OSO O EL TENDERO DE COMESTIBLES en 1891, LOS DESCAMISADOS en 1893, AGUA, AZUCARILLOS Y AGUARDIENTE, en 1897,  LOS ARRASTRAOS en 1899, LA ALEGRIA DE LA HUERTA en 1900 y EL BATEO en 1901. Cuenta Rafael Mitjana que Camilo Saint-Saëns gustaba de asistir a las zarzuelitas de Chueca y que el le regaló un ejemplar de la partitura de una de ellas, DE MADRID A PARIS  (en que se cantaba aquello de “A mi me llaman la Pelos, a mi la de Lavapiés”) no quiso el gran músico el obsequio seguramente para no “contaminarse” con algo hecho sin la disciplina debida, pero cuando echaba a la estufa la partitura, volvió a cantar la picaresca melodía  para terminar diciendo “Qué clase de talento tiene este demonio de compositor que, casi sin saber música, la crea de tal fuerza que no se la puede olvidar cuando una vez se la oye”. Se lee en el Espasa que no eran sus composiciones la más depurada expresión del espíritu nacional, en el sentido que en todas partes se da a la música popular: eran más bien la inspiración de una musa callejera, bastante artificial, que venía a ser como los couplets en Francia, con el mismo descoco, la misma alegría y la misma facilidad que aquellos, que pronto se convertían en música para los organillos callejeros, para los cafés y, en general, para el pueblo. Fue más que un músico español comprensivo para toda España, un madrileño que improvisaba sus canciones, sin grandes conocimientos de técnica pero dotado de extraordinaria facilidad y exquisita sencillez. Este madrileñismo tuvo sus excepciones, pues CARAMELO  y CADIZ, son de puro estilo andaluz, LA ALEGRIA DE LA HUERTA, murciana y el tercer cuadro de LA CAZA DEL OSO O EL TENDERO DE COMESTIBLES, es asturiano neto. Comenta Arnau que a Chueca no se le puede analizar pues antes de que intentemos analizar la construcción de la frase el pensamiento del autor se ha apoderado de nosotros y le seguimos en volandas por los giros inigualados de sus castizos pasacalles. En su creación las cosas fluían de repente o no salían. Lo mismo da en la música que en la letra, si le faltaba una palabra española para llenar su frase musical la inventaba si era necesario en francés macarrónico y se quedaba tan pancho, porque además, el resultado tenía asegurado el éxito.

Joaquín Valverde Durán, nació en Badajoz el 27 de febrero de 1846 y murió en Madrid el 17 de marzo de 1910. Inició sus estudios musicales en su ciudad natal formando parte de bandas militares y orquestas y los prosiguió, a partir de 1862, en el Conservatorio de Madrid bajo la dirección de Arrieta y Aranguren. En 1867 y 1870 obtuvo primeros premios de flauta y composición. Dedicado a la dirección de orquestas y a la composición de más de 200 obras, teatrales sobre todo. Muchas de ellas en colaboración con Bretón, Rogel, Julian Romea, Fernández Caballero, López Torregrosa, su hijo Quinito y sobre todo con Chueca. Sus obras más afamadas fueron LA CANCION DE LA LOLA (1880), LA GRAN VIA y CADIZ (1886), ), DE MADRID A PARIS (1888) y EL AÑO PASADO POR AGUA (1889), todas ellas junto con Chueca con quien colaboró desde 1876 hasta principios de los 90 aportando Valverde  sus mayores conocimientos musicales a la intuición, originalidad y gracia de Chueca.

El libretista


Ricardo de la Vega, hijo de Ventura de la Vega, libretista de JUGAR CON FUEGO de Barbieri, nació en Madrid el 7 de febrero (era el santo del día) de 1839 y murió en la misma capital el 22 de junio de 1910. Destaca sobre todo en el sainete y en el madrileñismo por lo que se le considera heredero de Don Ramón de la Cruz. Escribió libretos para Chueca y Barbieri y además de LA VERBENA DE LA PALOMA, continúa en el repertorio EL AÑO PASADO POR AGUA de Chueca y Valverde.

Sinopsis

    La escena representa una calle, comienza a amanecer y esta lloviendo a mares, cruzan la escena algunas personas madrugadoras.  Aparece el personaje del actor “Julio Ruiz”, persiguiendo a una modista. Ambos llevan el paraguas abierto y cantan una mazurca. En la escena segunda aparece un personaje que representa el Año 1890 y Mariano un guardia municipal, ambos conversan sobre lo lluvioso que ha sido el año anterior, motivo por el cual le llaman el año pasado por agua. 1890 confiesa al guardia sus deseos de entrar en acción, tan pronto muera 1889. Los dos personajes recorren Madrid para ver los efectos de las inundaciones. El público que está en la calle achicando agua, les saluda con júbilo, confiando que el reinado del Año 1890 sea menos lluvioso que el anterior. Aparece Neptuno sobre las aguas, en un magnifico carro tirado por dos caballos, igual que el que figura en la fuente del Paseo del Prado. Neptuno viste un frac encarnado. Mariano presenta a Neptuno el nuevo año, entablando entre ellos una animada conversación sobre cuestiones de la actualidad de la época. El coro interpreta un pasacalle y dos nuevos personajes, El Madrileño y La Menegilda, comentan las excelencias de la Villa y Corte. Aparece en las aguas una góndola que lleva dos personajes, que representan el tenor y la tiple de La Bruja, con el hábito de fraile, y ella con manto negro, haciéndose una parodia de la indicada zarzuela. Seguidamente, tres guardias municipales comentan la dureza de su trabajo, y con una escena en la que un chulo y una chula explican su situación familiar, con alusiones a la actualidad política, termina la obra.

Índice de escenas

    La obra, en un solo acto, cuenta con los siguientes números musicales:

1. Preludio y coro general “Que llueva, que llueva. 2. Mazurca “Haga usté el favor de oírme dos palabras”. 3. Vals de Neptuno “De los mares rey me llaman”. 4. Pasacalle y coro general “La la larala…¡Aquí viene la flor de Maravillas! 5. Habanera “Oiga usté, caballero”. 6. Zortzico “¡Ay, niña de mis ojos!”. 7. Vals instrumental. 8. Escena “traemos los cuerpos trunzaus” y chotis “Te estuve esperando en la sastrería”. 9. Final “De las luces, soy la que tiene más chic”.

Personajes

    Detallo los principales:

Julio Ruiz: El actor, no “el actriz”. Tenor cómico.
Neptuno: Rey de los mares. Tenor cómico.
Manolo: Galán enamorado. Tenor cómico.
Una modista: Soprano.
Menegilda: Soprano

Discografía

    Detallo las siguientes:

Blue Moon 1930 apx – Cantan Selica Pérez Carpio y Manuel Hernández. Es el dato que proporciona el catálogo de la Biblioteca Nacional, aunque el Diccionario de la Zarzuela señala como intérpretes a Mercedes Melo y Pablo Vidal, seguramente confundidos por el hecho de que éstos son los que cantan la primera de las obras, La Alegría de la Huerta, incluidas en el CD.

Alhambra 1955 – Dirige Indalecio Cisneros a la Orquesta Sinfónica, intervienen los Coros Cantores de Madrid, seguramente dirigidos por José Perera, aunque el vinilo no lo cita, y cantan Ana María Iriarte y Gerardo Monreal.

    A destacar la “Habanera” cantada por Teresa Berganza en grabación en que  Enrique García Asensio dirige a la English Chamber Orchestra. Por cierto que ese número musical aparece también en un recital de la gran cantante, que yo grabé en vídeo, en Televisión por los años 80, dirigida igualmente por García Asensio.
   
Videograbaciones

    De 1988 es una grabación de la obra desde el Teatro de la Zarzuela que efectué a través de Televisión y que, al parecer, está comercializada, en que Miguel Roa dirige la orquesta y José Perera los coros, cantando Paloma Pérez Iñigo, Enrique Ruiz del Portal, José María Pou, Rafael Castejón, Alfonso del Real y otros muchos.

Bibliografía

He utilizado la siguiente:

“Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Historia de la zarzuela”, volúmenes I y III, de Juan Arnau (Zacosa).     
Enciclopedia Espasa
“El mundo de la zarzuela” de Salvador Valverde.

Marbella,  19 de febrero de 2008

Firmado:   Diego Emilio Fernández Alvarez

EL ANILLO DE HIERRO


La obra

    El ANILLO DE HIERRO es una (denominada como “signo de distinción” drama lírico) en tres actos, estrenado el 7 de noviembre de 1878 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. El reparto del estreno fue Dolores Franco de Salas en Margarita, Rosendo Dalmau en Rodolfo, Banquells en William Belfort, Ferrer en el Ermitaño, Sala en Rutilio Walter, Tormo en Tiburón y Concepción Baeza en Ledia. Tuvo un éxito colosal en su época, pero luego, como el resto de sus obras, cayó en un gran olvido del que la salvó la versión discográfica de Columbia. Si Arnau se pregunta si valdría la pena repasar las sinfonías de Marqués por ver si merecen al absoluto olvido o alguna de ellas pudiera  servir para enriquecer el repertorio sinfónico español, en cuanto a su obra teatral atribuye su pérdida de interés a haber querido hacer teatro musical universal huyendo del folklore que, a su modo de ver, empequeñecía las intenciones artísticas de algunos de sus compañeros, como Barbieri.
ROSENDO DALMAU
A la vista está que se equivocó y que al analizar hoy esta obra, apreciamos su música pero no su carácter “zarzuelero”, paralelamente a como los versos sonoros y rimbombantes del libretista pasaron pronto de moda.
   
El compositor

    Pedro Miguel Marqués y García nació en Palma de Mallorca el 20 de mayo de 1843 y murió en la misma ciudad el 25 (26 según el Espasa) de febrero de 1918. Mostró desde niño afición y aptitud para la música, siendo sus primeros profesores Noguera, Montís y Foce.
PEDRO MIGUEL MARQUÉZ
Destacó sobremanera en el violín y a los 11 años era primer violín en Palma siendo enviado en 1859 a París en donde obtiene una de las 2 plazas convocadas para 62 opositores. Allí estudió armonía con Bazín e instrumentación con Berlioz. En 1869 ingresa en el Conservatorio de Madrid logrando los primeros premios de armonía y violín en 1869 y 1869, bajo los auspicios, respectivamente de Monesterio y Galiana. Obtuvo su primer triunfo como compositor con su Primera Sinfonía en si bemol estrenada por la Sociedad de Conciertos de Madrid, dirigida por Monasterio y de la que nuestro biografiado era ejecutante; esta obra fue ensayada “a regañadientes” y sin mencionar a su autor, cosa que se hizo pública ante el entusiasmo de los profesores, se estrenó el 2 de mayo de 1869 con un gran éxito. Prosiguió su camino como sinfonista conociéndosele hasta 5 sinfonías, 5 polonesas y otras muchas obras clásicas de envergadura hasta el punto de ser llamado el Beethoven español. Pero nuestras “circunstancias” hicieron que, como muchas otras veces, no se pusiera en valor la tremenda aportación de este músico, que desde entonces se dedicó preponderantemente a la música teatral, siendo su primera zarzuela LOS HIJOS DE LAS COSTA (1871) siendo generalmente bien acogido pero no faltando las habituales excepciones como Arrieta y sus discípulos que le llamaban “la urraca ladrona”y luego otras muchas como LA MONJA ALFEREZ (1875), EL ANILLO DE HIERRO (1878), CAMOENS (1879), EL RELOJ DE LUCERNA (1884), todas ellas zarzuelas grandes, deslizándose hacia el género chico a partir de 1889 destacando en esta parcela de su actividad compositora EL MONAGUILLO (1891).   
   
El libretista

    Marcos Zapata y Mañes, nació el 25 de abril de 1842 en Ainzón, cerca de Borja (Zaragoza) y murió en Madrid en 1914. Poeta y autor dramático que desde su mocedad mostró su vocación literaria que se deslizó, gracias a sus admirados modelos: Zorrilla, García Gutiérrez, Hartzenbusch y otros, hacia el teatro histórico, tanto en sus inicios en Zaragoza como en Madrid a partir de 1869.
MARCOS ZAPATA Y MAÑEZ
 Y así vemos que sus principales obras fueron LA CAPILLA DE LANUZA (basada en los sucesos del “Justicia” de Aragón en que Felipe II actuó contra Antonio Pérez), EL CASTILLO DE SIMANCAS (sobre las Comunidades de Castilla), EL SOLITARIO DE YUSTE (sobre Carlos V) y LA PIEDAD DE UNA REINA (sobre la sublevación de Villacampa en 1886 durante la Regencia de María Cristina), esta última obra provocó un  gran revuelo e incluso fue prohibida por Sagasta; el Espasa, cáusticamente,  dice que esta prohibición “veló muy sinceramente por el prestigio del buen Marcos porque el tal drama, como hecho a la medida de los acontecimientos, es lo más deleznable que ha salido de la pluma del notable vate aragonés”. En cuanto a la zarzuela fue autor, entre otros, de los siguientes libretos: EL ANILLO DE HIERRO (1878) y EL RELOJ DE LUCERNA (1884) con música de Marqués y COVADONGA (1901) de Tomás Bretón.
       
Sinopsis

    La acción de la obra, se sitúa en las costas de Noruega, hacia finales del siglo XVIII. Un gran amor une a Rodolfo y Margarita, hija del Conde William Belfort, poderoso señor de la comarca. Rodolfo es una persona noble, generosa y apuesto. Pero existe un obstáculo insalvable para que el Conde acceda a aprobar la unión con su hija, es plebeyo y aunque sea el dueño de una  pequeña flota pesquera que dirige, no deja de ser un villano que se gana la vida en el mar. El Conde tiene empeñada su palabra, de unir en matrimonio a su hija Margarita, con Rutilio Walter, Barón de San Marcial, hombre de mas edad, pero con apetencias matrimoniales hacia  Margarita. El Conde tiene interés en casar a su hija con Rutilio, Barón de San Marcial, al ser este conocedor de un secreto que puede llevar al señor de Belfort a la deshonra y aún al patíbulo. Al margen de todas estas intrigas, está situado el gran amor entre Rodolfo y Margarita. La oposición del Conde, a las relaciones de los dos enamorados es firme y está a fraguando el más severo castigo. Al parecer, el malvado Rutilio, Barón de San Marcial, fue en otro tiempo criado de un noble señor llamado don Ramiro, muerto en su propio barco en misteriosas circunstancias, durante una travesía de vuelta de las Indias. En aquellas circunstancias también desapareció un niño de corta edad, hijo del noble. En la trama aparece un ermitaño, Ramón, quien parece conocer el pasado de Rutilio Walter,  y los hechos ocurridos durante la noche en que perdió la vida don Ramiro. Por su parte, la conciencia del Conde William se rebela contra la injusticia que va a cometer contra su propia hija, y se niega a entregársela a Rutilio. Pero el cruel Barón de San Marcial amenaza al Conde con desvelar su secreto si no accede a su pretensión de matrimonio con su hija. Margarita aparece en la escena y al ver el sufrimiento de su padre, se ofrece  voluntariamente a los designios del hombre que tiene en sus manos la vida del Conde. Se precipitan los hechos y el pobre Rodolfo se ve impotente para evitar la pérdida de Margarita.
 Los celos le hacen  creer que Margarita le ha traicionado en su juramento de amor, cuando la hizo entrega de su anillo de hierro, pero más tarde puede comprobar que, tanto Margarita como su padre, son víctimas del desalmado Rutilio. Es en el mismo momento en que se va a llevar a efecto el enlace entre Margarita y Walter, en el propio castillo del Conde William, cuando Rodolfo, irrumpe ciego de furor en la estancia, e interrumpe la boda. Pero no viene solo, es acompañado por Ramón, el ermitaño, que cree llegado el momento de desenmascarar al falso Barón de San Marcial. Ramón desvela que Rutilio, criado entonces de don Ramiro, quien dio muerte a éste y arrojó al mar a su pequeño hijo, que no se ahogo al ser salvado por Ramón, entonces marinero en el barco. Gracias a él, que se lanzó al agua tras el niño, éste pudo salvarse. El niño fue llevado a Noruega, donde creció y se hizo un hombre de provecho. El anillo de hierro que el joven Rodolfo, entregó a su hija Margarita da la certeza al Conde  William de Belfort de la verdadera personalidad del pescador. Al verse descubierto, Rutilio Walter intenta huída, pero encuentra la muerte, al saltar por una ventana.

    Salvador Valverde, al comentar esta obra ironiza al decir ¿Por qué tantas heroínas de zarzuela y muchas de ópera han de llamarse Margarita, ya sean pasiegas, ya de un fiord noruego? Para concluir que al margen de este enigma justo es reconocer que esta Margarita conquistó al público con la romanza del primer acto, que cantaron al piano todas las niñas cursis de la época. Y es que, ahora en palabras de Juan Arnau, la música de EL ANILLO DE HIERRO, es un alarde de labor bien hecha, meticuloso ensamblaje entre voz humana y orquesta que se acerca a los patrones operísticos y que en muy pocas ocasiones nos recuerda al mundo de la zarzuela en el que está enmarcado. El preludio orquestal habitual en este tipo de obras se convierte en una obertura tanto por el tratamiento como por la duración del número, excesivamente larga para lo habitual en el género, y en la que vemos el oficio de Marqués, un consumado sinfonista. Esta gran música prepara  el ambiente en el que se sitúa el habitual primer coro “Tranquilo está el cielo, serena la mar”, que es más bien operístico pues la orquesta no ejerce un mero papel de comparsa sino que establece un interesante diálogo con la voz humana. Situación similar tiene la primera romanza de Margarita “Pasión del alma mía” que cuenta con una introducción orquestal y un tratamiento de los violines que van doblando la voz de la soprano en una hermosa combinación entre unos y otra que culmina en un final apoteósico. Luego Rodolfo y Margarita cantan sus desvelos en su dúo “Negra noche es mi pasado” que preludia un momento musical tenso llevado a cabo por la voz grave del tenor y la aguda de la soprano. Termina el Acto I con el quinteto “Tal infamia, tal deshonra” que rebosa lirismo. El drama queda aparcado al comienzo del segundo acto con la intervención de Tiburón (personaje mal tratado por el libretista con los tópicos sobre los andaluces, claro que aun no habían llegado los Falla, Juan Ramón, Machado….. nada chirigoteros) y sus coplas. Retorna la tensión con el dúo de Margarita y su padre “Llorando y por culpa mía” en que el barítono luce su registro bajo, acabando el acto con la barcarola, momento muy rimado y juguetón, seguido de un concertante muy bien desarrollado. El tercer acto, expurgado en la única versión discográfica que tenemos de su preludio, de la tempestad y del final, queda reducido a otra gran romanza de Margarita “Lágrimas mías” que nos sumerge en la tristeza de la protagonista, lejos de todo entusiasmo típico de este tipo de obras.   

Índice de escenas

Zarzuela en tres actos (aunque tanto el Libro de la Zarzuela como el vinilo de la única versión discográfica existente, hablan de dos actos) distribuidos, según el Diccionario de la Zarzuela, en los siguientes números musicales:

Acto I: 1. Preludio. 2. Coro de introducción “Tranquilo está el cielo, serena la mar”, plegaria y stretta “Venid, venid, bogad, bogad”. 3. Romanza de Margarita “Pasión del alma mía”. 4. Dúo de Rodolfo y Margarita “Negra noche es mi pasado”. 5. Quinteto “Tal infamia, tal deshonra”.
Acto II: 6. Introducción, coro “Habla presto, nada temas”, y coplas de Tiburón “El sol se despedía”. 7. Dúo de Ledia y Tiburón “Eres tu Ledia mía”. 8. Dúo de Margarita y William “Llorando y por culpa mía”. 9. Barcarola “Yo no salgo de mi asombro”, concertante “En las flores más hermosas” y escena.
Acto III: 10. Preludio. 11. Romanza de Margarita “Lagrimas mías”, Escena y tempestad “La vista se me nubla, sufrir no puedo más”. 12. Final orquestal.

    En la versión discográfica se omiten los números 7, 10 y 12 y la segunda parte del 11, y se hace partir el Acto II del número 5.

Personajes

    Los principales son:

Margarita: Hija del conde William, enamorada de Rodolfo. Soprano.
William Belfort: Conde, con un secreto que le atormenta. Barítono.
Rodolfo: Supuesto pescador y enamorado de Margarita. Tenor
Rutilio Walter: Barón que chantajea al conde para conseguir a Margarita. Bajo.
Ermitaño: “Desfacedor” de entuertos. Bajo.
Tiburón: Compañero de Rodolfo. Tenor cómico.
Ledia. Aya de Margarita. Tiple
Notario. Barítono.

Discografía

    Sólo existe una versión:

Alhambra 1960 – Dirige Benito Lauret y cantan Teresa Berganza, Manuel Ausensi, Carlos Munguía, José Luís Cancela, Sigfredo Cancela y Gerardo Monreal.

    Destaco también como fragmentos históricos aunque recientes las dos romanzas de Margarita grabadas por Ana María Sánchez para el sello RTVE en 2004.

Bibliografía

    He utilizado la siguiente:

 “Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Historia de la zarzuela”, volúmen I, de Juan Arnau (Zacosa).     
“Enciclopedia Espasa”
“El Mundo de la Zarzuela” de Salvador Valverde.
 “El anillo de hierro” argumento de la sección “Cantables” de esta página web.

Marbella,  9 de agosto de 2007

Firmado:   Diego Emilio Fernández Alvarez

EL AMIGO MELQUIADES


La obra

    El sainete EL AMIGO MELQUIADES (o POR LA BOCA MUERE EL PEZ) se estrenó el 14 de mayo de 1914 en el Teatro Apolo de Madrid, con el siguiente reparto en los principales papeles: Consuelo Mayendía en Benita, Rosario Leonís como Nieves, Elisa Moreu en señá Celes, José Moncayo en Melquiades y Carlos Rufart como Serafín el Pinturero.  El éxito de la obra fue inmenso tanto en su parte literaria como en la musical, advirtiéndose la sincronía entre libro y partitura, bastante más amplio aquél que ésta, y también el adecuado “reparto” de la música entre sus dos compositores, aprovechando la diferencia, podríamos decir complementaria, entre ambos: más elevada inspiración en Serrano y mayor vivacidad y ritmo “tipo Chueca” en Quinito Valverde a quien, según el Diccionario de la Zarzuela se deben los números 1 y 2 de la obra, respectivamente un chotis y una mazurca, correspondiendo a Serrano el famoso pasacalle y la escena y dúo final en el que el músico vierte gotas de su tarro de esas esencias maravillosas tan profusas en otras obras suyas como LA REINA MORA, EL MAL DE AMORES, ALMA DE DIOS, etc.
   
Los compositores

    El compositor José Serrano Simeón nació en Sueca (Valencia) el 14 de octubre de 1873 y murió en Madrid el 8 de marzo de 1941. Tras despuntar precozmente en su ciudad natal como instrumentista y compositor bajo la tutela artística de su propio padre, estudió en el Conservatorio de Valencia en los cursos 1891/3 y recibió lecciones de Salvador Giner con quien ya se destapó su rara facilidad para la melodía, aprovechando composiciones de aquella época para obras posteriores como EL MOTETE.
MAESTRO SERRANO


Auspiciado por Don Simón Vila y becado pasó a Madrid en 1895 dedicado de lleno a la composición pero con enormes dificultades para darse a conocer. Perdida la beca cuenta Arnau que escribía romanzas que vendía a cualquier precio y que ofreció a un editor una de ellas, por cinco duros, siendo rechazada por el mismo: esa romanza la incluyó luego en EL CARRO DEL SOL, como la serenata veneciana que daría la vuelta al mundo como la mejor canción veneciana, a juicio de Mascagni. Por aquel entonces, le presentaron a Fernández Caballero quien, por su ceguera, le propuso colaborase en pasar de las musas al papel pautado los frutos tardíos de su inspiración, como así hizo con GIGANTES Y CABEZUDOS; decisiva también fue la amistad trabada en 1900 con los Alvarez Quintero que le surtieron de muchos libretos empezando ese mismo año con EL MOTETE que alcanzó extraordinario éxito y fue la base de su posterior carrera, apoyada sobre todo en el género chico. Fuera de la zarzuela adquirieron popularidad su ópera LA VENTA DE LOS GATOS obra póstuma aunque empezada en los años 20, LA CANCIÓN DEL SOLDADO (1917), el HIMNO A VALENCIA (1909)) escrito para la Exposición levantina de 1909 y entronizado como Himno Regional en 1925 y el himno VALENCIA CANTA compuesto para la Coronación de la Virgen de los Desamparados; pero donde más han proliferado sus éxitos ha sido en el campo de la zarzuela, sobresaliendo LA REINA MORA (1903), EL MAL DE AMORES y MOROS Y CRISTIANOS (1905), LA MALA SOMBRA (1906), ALMA DE DIOS (1907), LA ALEGRÍA DEL BATALLÓN (1909), EL TRUST DE LOS TENORIOS (1910), EL CARRO DEL SOL (1911), LAS ESTRELLAS, EL PRINCIPE CARNAVAL y EL AMIGO MELQUÍADES, con Quinito Valverde (1914), LA CANCIÓN DEL OLVIDO (1916), LOS DE ARAGÓN  y LAS HILANDERAS (1927), LOS CLAVELES (1929), LA DOLOROSA (1930) y su obra póstuma GOLONDRINAS DE MADRID (1944).
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JOAQUIN VALVERDE


    Joaquín Valverde Sanjuán, conocido como Quinito Valverde para diferenciarlo de su padre Joaquín Valverde Durán, nació en Madrid el 2 de enero de 1875 y murió en Méjico el 4 de noviembre de 1918. Orientado hacia el mundo del teatro por su padre, estrenó su primera obra CON LAS DE CAIN con sólo 14 años. Como su padre, acostumbró a escribir en colaboración  la mayoría de sus obras, destacando LA MARCHA DE CADIZ (1896) con Estellés, EL POBRE VALBUENA (1904) con López Torregrosa y LAS ESTRELLAS, EL PRINCIPE CARNAVAL y EL AMIGO MELQUIADES (1914) con Serrano. Según cuenta el Diccionario de la Zarzuela los últimos años de su corta vida no fueron halagüeños por motivo extramusicales, incluso habiendo tenido que emigrar varios años a París en donde adquirió celebridad, colaborando con La Fornarina para quien escribió su célebre canción CLAVELITOS, luego muy interpretada, entre otros, por Conchita Supervía y Luis Mariano.

 El libretista

Carlos Arniches y Pilar Moltó, recién casados
Carlos Arniches y Barrera nació en Alicante el 12 de octubre de 1866 y murió en Madrid el 16 de abril de 1943. Autor dramático español, el más fecundo de los del género chico. El Espasa se hace eco de la opinión de varios críticos sobre Arniches, limitándome a extractar dos de ellas, en primer lugar la de Ramón Pérez de Ayala que, comparándolo con los hermanos Joaquín y Serafín Alvarez Quintero dice “En cuanto a la realidad, me parece que son más densas de realidad las obras del señor Arniches que las de los señores Quintero. En cuanto a la gracia, me parece que la de los señores Quintero es de más noble alcurnia que la del señor Arniches”; la otra procede de Julio Cejador y habla de que “es más autor que escritor o poeta dramático, entendiendo por lo primero al que, como Arniches, posee un hondo conocimiento de los gustos del público poco letrado y de los recursos y triquiñuelas teatrales…….Cábele a Arniches la gloria de haber continuado en su puesto cultivando el género chico, mientras los demás autores dejáronse arrollar por la corriente del género ínfimo”. Precisamente a Cejador le escribió Arniches que “mi ideal es sencillo y humilde. Corresponde a la modestia de mi rango literario. Aspiro sólo con mis sainetes y farsas a estimular las condiciones generosas del pueblo y hacerle odioso los malos instintos. Nada más”. Casi imposible relacionar sus obras me limito a dejar constancias de algunas dentro de su teatro hablado como LA SEÑORITA DE TREVELEZ, o ES MI HOMBRE y de otras de zarzuela como LA ALEGRIA DEL BATALLON, ALMA DE DIOS y EL TRUST DE LOS TENORIOS con música de Serrano; LAS ESTRELLAS y EL AMIGO MELQUIADES con música de Serrano y Quinito Valverde, EL CABO PRIMERO de Fernández Caballero, LA FIESTA DE SAN ANTON y EL SANTO DE LA ISIDRA de López Torregrosa, EL POBRE VALBUENA de éste último y Quinito Valverde y EL PUÑAO DE ROSAS, de Chapí, algunas de ellas en colaboración.
   
Sinopsis
   
    Serafín con la ayuda de su amigo Melquíades pretende a Nieves  a lo que se oponen su novio Higinio y su hermana Benita que seduce a Melquíades para que éste le cuente la verdad que ella sospecha, o sea que Serafín está liado con Paca la fiera con la que ha tenido 5 hijos. De ahí el otro título de la zarzuela “Por la boca muere el pez”: la boca es la de Melquíades y el muerto Serafín el pinturero.
   
Índice de escenas

    Sainete lírico en un acto, con los siguientes números musicales:

Acto único: Preludio. 1: Presentación de Melquíades y Serafín: Chotis “¡Quieto todo el mundo! 2. Mazurca “Picadito y afinao….La redowa se baila con coba”. 3. Pasacalle “Empezó el día con sol….Que llueva que llueva la Virgen de la cueva”. 4. Escena de las cartas y dúo de Nieves y Serafín “Eche usted cuatro botellas…..Ramón del alma mía…..Que mi vida ya no es vida”. 4 bis. Intermedio y final.

Personajes

    Los principales, son:

Nieves: Novia de Higinio que se encapricha de Serafín. Mezzosoprano.
Benita: Hermana de Nieves que ayuda a Higinio para desenmascarar a Serafín. Soprano.
Señá Celes: Echadora de cartas. Mezzosoprano.
Serafín: Pretendiente de Nieves pese a tener 5 hijos con Paca la fiera. Tenor.
Melquíades: Amigo de Serafín que ayuda a descubrirle. Tenor.

Discografía

    Sólo me consta la versión siguiente (que no viene detallada en el apartado discográfico de nuestra página):

Alhambra 1957 – Indalecio Cisneros dirige a la Orquesta sinfónica y cantan Inés Rivadeneira, Guadalupe Sánchez, Gerardo Monreal y Joaquín Portillo.

Videograbaciones

    No conozco ninguna.

Bibliografía

He utilizado la siguiente:
“Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Historia de la zarzuela”, volúmen II  de Juan Arnau (Zacosa).     
“Enciclopedia Espasa”.
“El Mundo de la Zarzuela” de Salvador Valverde.

Marbella,  25 de enero de 2009

Firmado: Diego Emilio Fernández Alvarez




ENSEÑANZA LIBRE

Apropósito cómico lírico en un acto.
Texto de GUILLERMO PERRIN y MIGUEL PALACIOS.
Música de GERONIMO GIMENEZ.
Estrenada el 11 de diciembre de 1901 en el Teatro Eslava de Madrid.

Elenco del estreno

Pura y Fe: MARIA LOPEZ MARTINEZ; La monjita: MARIA LUISA LABAL; El Director: y el Jilguero: VALERIANO LEON; Don Saturnino: JOSE ONTIVEROS; Federico y Agapito: ROBUSTIANO IBARROLA; Lolita y Caridad: LEONOR DE DIEGO; Soledad y Esperanza: DOLORES PLA: El maestro Vihuela: GABRIEL SANCHEZ DE CASTILLA, entre otros.

La obra

    Perteneciente al género sicalíptico (se define por su propia etimología: del griego sicon -higo- y aleifo -untar, frotar-) que tenía su "templo" en el Teatro Eslava, y cuyos espectadores no se despepitaban por las cuerdas vocales de las tiples. No obstante la música excede colmadamente a lo exigido por el panorama piernográfico, mereciendo elogios de tipo musical, el preludio y la gavota principalmente.
Teatro Joy Eslava -2008
(Anécdotas del Teatro Eslava de Madrid: *El día 2 de marzo de 1923, el escritor Alfonso Vidal y Planas asesinó a quemarropa al dramaturgo bilbaíno Luis Antón de Olmet mientras presentaba una de sus obras en el Teatro Eslava.
*En los años noventa sufre un espectacular incendio que casi acaba con el teatro, aunque solo se daña la preciosa cúpula restaurada posteriormente.)


El compositor

El compositor Gerónimo Giménez (grafía de la que él gustaba) nació en Sevilla el 10 de octubre de 1852 y murió en Madrid el 19 de febrero de 1923. La fecha, y aun el lugar, de nacimiento no están exentos de polémica, yo cito los datos del Diccionario de la Zarzuela, contrastados según ellos con la partida de bautismo, pero en la Historia de la Zarzuela de Arnau se cita el año de 1854  y  se hace eco de que en algunos lugares figura como gaditano y nacido en 1858 y tanto en “El libro de la Zarzuela” como en la Enciclopedia Espasa figuran el 10 de octubre de 1854 como fecha de nacimiento.
En su niñez se traslada su familia a Cádiz, en donde 1864 ingresa como primer violín en la orquesta del Teatro Principal y en 1866 debuta como director de orquesta. Desde 1874 hasta 1877 está en París estudiando en su Conservatorio donde se relaciona con Sarasate, Chabrier, Lalo, Saint Saens y Debussy al que venció en premio de piano. De vuelta a España, primero en Cádiz y luego en Madrid gana gran prestigio como Director de Orquesta, contribuyendo además a la difusión de la música. Fue Director de Orquesta del Teatro Apolo, del de la Zarzuela, de la Unión Musical Española y de Sociedad Madrileña de Conciertos. Como compositor estrenó ingente cantidad de zarzuelas, la mayoría de ellas, como es habitual en el género, sobre libretos de poca calidad. En ellas destaca su españolismo, pese a su formación parcialmente francesa, y su gracia (fue llamado por Vives el “músico del garbo” y por otros considerado como el antecedente de Falla, así como LA TEMPRANICA precursora de LA VIDA BREVE) y desde la primera EL VERMOUTH DE NICOMEDES (1885) destacaré, sólo por señalar las que me consta que han tenido trascendencia fonográfica, las siguientes: LOS VOLUNTARIOS (1893 y cuyo pasodoble fue exaltado por el espíritu popular a la categoría de himno nacional, como antes había ocurrido con el “Viva España” de Chueca, todo ello según Arnau), EL BAILE DE LUIS ALONSO (1896), LA BODA DE LUIS ALONSO (1897), LOS BORRACHOS (1899), LA TEMPRANICA (1900), EL BARBERO DE SEVILLA (1901, con Miguel Nieto), ENSEÑANZA LIBRE (1901), LA TORRE DEL ORO (1902), EL HÚSAR DE LA GUARDIA (1904 con Amadeo Vives), LA GATITA BLANCA (1905 también con Vives), CINEMATÓGRAFO NACIONAL (1907), EL PATINILLO (1909) y SOLEARES (1919). Desde entonces se produjo su dramático declive, no pudiendo ni siquiera conseguir, como pretendió, una cátedra en el Conservatorio de Madrid, muriendo en la más absoluta pobreza.

Los  libretistas

Miguel de Palacios Brugueras nació en Gijón en 1863 y murió en Covadonga el 3 de octubre de 1920, estudió Medicina pero no ejerció. En solitario escribió alguna obra como la opereta “El rajá de Bengala” con música de Rafael Calleja pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras  y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.
Guillermo Perrín Vico, nacido en Málaga en 1857 y muerto en Madrid en 1923, estudió Derecho, pero no ejerció. En solitario escribió algunas obras como MONOMANIA MUSICAL y EL GRAN TURCO de Manuel Nieto y LA CUNA de Chapí, pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras  y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.

Sinopsis

    La acción tiene lugar en el Madrid contemporáneo a la composición de la obra. En el primer cuadro aparecen el Director de un colegio liberal, Don Saturnino y Federico. El primero, de un  modo locuaz, requiere cual es el interés de su visita. Don Saturnino le explica que es viudo y padre de una niña angelical a lo que Federico señala que él será en el futuro su marido. Como ha sido educada en un colegio de monjas francesas no está preparada para el futuro. Así que requieren del Director que la matricule en su institución. Aparece una alumna vestida de cupletista francesa que se presenta como modelo de educación y que canta un cuplé muy picante. Tras escucharlo, Federico se siente muy preocupado y pregunta al Director si a su prometida le enseñará este tipo de piezas, a lo que el Director contesta que, en su caso, sólo la educarán para ser una buena madre de familia. Aparece la niña, de nombre Pura, que indefectiblemente se queda ya como interna en el colegio. Aparecen varias tiples con guitarras y cintas, dirigidas por el maestro Vihuela. De improviso y con la sorpresa de todos, Pura pide cantar y entona el célebre tango del morrongo, una pieza también de corte muy picante que llama la atención de los presentes que, sin embargo, celebran su talento. A instancias del Director, Pura le comenta que todo esto lo ha aprendido de sus vecinos y requiere a sus profesores "que hagan el favor de enseñármelo todo". Tras una lección de vestuario, Pura muestra su dominio en el medio, con regocijo del Director. Aparece el Jilguero, antiguo alumno de Vihuela, que quiere marcharse a París con su compañía, compuesta por tres jóvenes, Fe, Esperanza y Caridad que cantan también un número de presentación, que cuenta con la aprobación de Vihuela quien les expresa sus mejores deseos para que triunfen en Francia. Aparece entonces Doña Consuelo con Agapito, el único hijo que vive de los seis que tuvo la señora. Es un hombre muy triste a quien sus relaciones con las mujeres no le han ido nada bien. Ante tan grave situación, y visto que no tiene otro tipo de arreglo, Vihuela opta por regalarle unas castañuelas por aquello de "más alegre que...", con éxito, ya que el joven parece marcharse curado. El cuadro tercero tiene lugar en una sala. Las alumnas bailan con el entusiasmo de los profesores. El Director se dirige a todos y presenta a un reportero y un fotógrafo que viene a realizar un reportaje para la revista Nuevo Mundo con lo que ello supone de prestigio. Pura se ofrece a guiarles por todas las clases, desde las de declamación y artes hasta las correspondientes a gimnasia y natación. En el cuadro cuarto aparecen de nuevo Don Saturnino y Federico que, como llevan un mes sin ver a Pura, la echan de menos. El primero sin embargo tiene otras intenciones también. Confidencialmente, le señala a Federico su interés por volver a casarse, con la sorpresa de éste. Cuando llega el Director, Don Saturnino le pide ayuda para encontrar una joven que quiera casarse con él. Aparecen las niñas preparadas para la clase de natación. Al despojarse de sus albornoces, Don Saturnino y Federico se llevan las manos a la cabeza, ya que consideran que estas clases son poco menos que una perversión. El padre y el prometido le exigen a Pura que se vaya a casa. El Director le recomienda que se case con Federico y le asegura a éste que la alumna está sobradamente preparada para el matrimonio.
   
Índice de escenas
Postal del autor

    Apropósito cómico lírico en un acto con los siguientes números musicales:

Acto único: 1. Preludio, escena y cuplé del ratón "Señor Director, señores que tal". 2a. Seguidillas "Como los pajarillos van en pareja". 2b. Soleá "Si me da permiso señor Director cantar yo quisiera". 2c. Tango del morrongo "Arza y dale yo tengo un morrongo". 2d. Sevillanas "También bailo sevillanas". 3. Terceto "Fíjese usté Vihuela como se saben poner las tres". 4. Gavota "El verbo bailar ha salido bien". 5. Vals de las nadadoras "Aquí estamos todas señor Director".

Personajes

    Los principales son:    

Pura: Niña angelical que quiere que se lo enseñen todo. Tiple.
La monjita: Tiple.
El Director: Actor cantante.
Federico: Prometido para el futuro de Pura. Actor cantante.
Don Saturnino: Padre de Pura. Actor cantante.
Vihuela: Profesor de música. Actor cantante
Agapito: Triste reconvertido. Actor cantante.

Discografía

    No conozco versión completa y sólo grabaciones de la Gavota, instrumentales las de Antonio Capdevila (1931), Rafael Frühbeck de Burgos (1966) y Enrique García Asensio (1975) y, además, cantada por Antonio Lagar y Alicia de la Victoria, la de Igor Markevitch para Philips 1968. El catálogo de la Biblioteca Nacional cita la "Habanera de las ligas" (debe ser el nº.3 de la partitura) interpretada por Rosario Soler dirigida por Pascual Marquina en 1917. (El Diccionario de la Zarzuela cita esta versión como cantada por Adriana Soler).

Videograbaciones

    En la película "Las cosas del querer" dirigida por Jaime Chavarri en 1989, Angela Molina canta el tango del morrongo "Arza y dale yo tengo un morrongo".
   
Bibliografía

    He utilizado la siguiente:

“El mundo de la Zarzuela” de Salvador Valverde
“Diccionario de la Zarzuela”, coordinado por Emilio Casares Rodicio.        
“El libro de la zarzuela”, de editorial Daimon.    
“Historia de la zarzuela”, volúmen I, de Juan Arnau (Zacosa).     

Marbella, 18 de enero de 2011

Firmado:   Diego Emilio Fernández Alvarez




Del Autor

Este espacio esta dedicado a las RESEÑAS de las obras que conforman el Género Zarzuelero, y que es posible gracias al magnífico trabajo de investigación realizado por nuestro colaborador Don DIEGO EMILIO FERNANDEZ ALVAREZ, a quien agradecemos su presencia, prestigiando nuestro Blog.

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